jueves, 25 de junio de 2009

El Lince se prepara para ser libre en Santa Elena

José Rodríguez/La Olivilla (Santa Elena)
La UE premió, ayer, el proyecto Life para la conservación del lince. El programa, uno de los más eficaces del mundo para la recuperación de una especie amenazada, tiene en Santa Elena un centro de referencia. Es La Olivilla de donde saldrán, a partir de 2010, muchos felinos que repoblarán la Península. Parece un coqueto residencial para estresados urbanitas.
Su emplazamiento, en la sierra de La Aliseda de Santa Elena, a diez minutos de la autovía A-4, pero apartado del bullicio, invita a ello. El calor aprieta, pero la abundante vegetación refresca, aunque sean las doce de la mañana. Pero no es un hotel, es el centro de cría en cautividad y conservación del lince ibérico de La Olivilla. Sus habitantes no quieren aparcar los nervios, son catorce expertos naturalistas -2 técnicos, 5 videovigilantes y 7 cuidadores- que, como si de sus hijos se tratara, se desviven por 42 linces ibéricos, 35 en edad adulta y 7 cachorros que, con su pinta de peluches, harían la delicia de cualquier niño. "Todos los que vienen a vernos dicen que tenemos que estar muy tranquilos, pero no paramos", corrige María José Pérez, la responsable de este complejo, la joya del programa ex-situ con el que se pretende salvar al lynx pardinus.
Las instalaciones, inauguradas por la Junta en 2007, son clave en la nueva fase del programa Life para la salvación de la especie. Los primeros años del plan, de 2002 a 2006, sirvieron para aumentar la población de linces en un 49 por ciento, hasta los casi doscientos actuales. Este logro y su repercusión social valen un galardón de la Unión Europea, un premio que, ayer, recogió la consejera de Medio Ambiente, Cinta Castillo.
El objetivo ahora es lograr, a partir de 2010, que este animal colonice nuevos territorios. El reto es posible al contar ya, como aclara Pérez, con los sesenta ejemplares "fundadores", llamados así por garantizar la variabilidad genética y obtenidos en los centros de cría en cautividad. En esta labor, el complejo de Santa Elena es fundamental, ya que es el mayor de los construidos y de los previstos. Se espera que pueda servir para preparar, al año, hasta cuarenta ejemplares para su vuelta a la libertad. A Santa Elena, como le ocurrió al veterano de la colonia, Garfio, los ejemplares llegan tras ser capturados, sobre todo, en Andújar. Su misión es procrear. Los hijos, cuando abandonen el nido, saldrán listos para crear su propia familia. La cuidadora, mientras atrae a uno de los linces como si fuera un gatito, aclara que en las 23 jaulas, llamados campeos, los "bichos", así los llama, cazan tres veces por semana para que sepan que, para comer, hay que ganárselo. "Lo que hacemos es sólo una herramienta para la conservación in-situ", precisa.
Sebastián Ruiz e Isabel León, ante los monitores Fotos: Agustín Muñoz
Fuente: Diario Jaén Jueves 25 de Junio de 2009 Provincia-Noticias Provinciales

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